Si tienes pensado emprender con tu pareja, este artículo es para ti. En la actualidad los negocios creados por parejas o matrimonios son mucho más habituales dentro del mundo empresarial.
Emprender en pareja
¿Montarías un negocio con tu pareja? ¿ Te gustaría estar durante toda la jornada laboral con la misma persona que verás en tu hogar? A pesar de lo que muchas personas suelen pensar, este esquema presenta muchas más ventajas y beneficios que inconvenientes.
Para que el modelo de negocio funcione, se deben complementar al máximo el componente afectivo y el profesional. Todos los posibles conflictos que surjan en alguno de estos ámbitos no deberían repercutir perjudicialmente en el otro.
Fortalezas del emprendimiento en pareja
Para que el emprendimiento en pareja funcione es conveniente potenciar las dos principales fortalezas de este tipo de empresas:
El conocimiento mutuo de la pareja
La compatibilidad de personalidades que se le presupone a una pareja se traslada habitualmente como los valores positivos, a la empresa común. La armonía generada debe favorecer un mejor reparto de las áreas de responsabilidad y poder dentro del negocio. Por el otro extremo, los conflictos y discrepancias de pareceres tienen una mejor solución que si el socio fuera otra persona.
Incluso el negocio podría favorecer una consolidación de la pareja. Conocer el comportamiento de la otra persona en el lugar de trabajo, enfrentándose juntos a situaciones complicadas en las que se juega el sustento familiar, hace que se puedan llegar a apreciar otras cualidades personales de la pareja, que sería casi imposible de percibir en el núcleo mismo del hogar.
Tener objetivos comunes
Los negocios en pareja suelen tener unos objetivos bien definidos, cosa que no siempre ocurre cuando los socios son de otro tipo. Durante los comienzos del negocio, es un objetivo tan básico como el desarrollo de un medio de supervivencia económica para la unidad familiar, así como una salida profesional para sus integrantes.
Ese mismo fenómeno es producido cuando el negocio crece. Cuando llega la hora de tomar decisiones de mayor envergadura como realizar inversiones, contratar personal, etc. La coincidencia en los objetivos hace que previsiblemente las opiniones de uno y otro sobre las decisiones a no tomar no se diferencien mucho.
Recomendaciones para emprender en pareja
Tener un buen desarrollo del negocio dependerá principalmente de la habilidad para lidiar con algunos focos de conflicto. En cualquier caso, las crisis pueden ser solucionadas siempre de mejor forma con la pareja que con otro tipo de socios, aunque no está de más seguir las siguientes recomendaciones:
Reparto de responsabilidades y poder
Cada integrante de la pareja, en función de sus habilidades profesionales o personales debe dedicarse a un área definida en la empresa. Debe ocuparse de lo que mejor sepa hacer y sobre todo, no participar excesivamente en un asunto ajeno, sobre todo en el área asignada a su pareja. De no hacerlo así puede generarse un foco de desconfianza que podría afectar el negocio familiar. Cuando se reparten las responsabilidades, es siempre más sencillo hacerlo con este modelo de empresa comparado cuando los socios son ajenos a la pareja.
Otro aspecto que se debe considerar es determinar quién de los dos tendrá un mayor grado de poder. Si alguno de los dos miembros posee mayor capacidad profesional que el otro, debe ser quien tenga un mayor poder de decisión, al menos para las cuestiones más técnicas. Sin embargo, todas las consultas deben ser constantes y las decisiones con un mayor impacto, deben ser consensuadas entre las dos.
No mezclar la vida personal y la profesional
Es muy importante, no mezclar en exceso la vida profesional con la personal. Es un planteamiento muy teórico. Resulta muy sencillo decirlo, pero la realidad es que es muy difícil llevarlo a la práctica, sobre todo en la fase inicial de la empresa, cuando el futuro familiar depende en gran medida de la buena marcha del negocio.
Cuando se vincula en exceso el negocio con las relaciones afectivas se puede introducir una gran monotonía en la pareja, que podría irse deteriorando gravemente e incluso provocar su ruptura. Se debe evitar llevar trabajo a casa o que éste se convierta en un tema de conversación habitual en el hogar. También es importante procurar que los conflictos familiares entorpezcan el desarrollo empresarial.
Confianza y sinceridad
¿Qué ocurre cuando la otra persona no realiza eficazmente su trabajo? Se debe abordar este asunto con prontitud. La confianza y el conocimiento mutuo que debe existir en la pareja hace que ese tema se trate con sinceridad y sin herir susceptibilidades, cosa que es más complicado cuando el socio es otra persona ajena a la pareja.
Tener ese tipo de incompetencias, no significa que la otra persona deba abandonar el negocio. Existen muchos cursos y seminarios para el desarrollo profesional, para adquirir formación y capacitación en las áreas en las que se tengan problemas.
El cariño no tiene porque ser incompatible con los negocios, ¿Y tú te atreverías a emprender un negocio con tu pareja?